Si tuviésemos que destacar un barrio por su peculiaridad, ese sería, sin ningún tipo de dudas, el Raval. Situado en pleno centro de Barcelona, en el distrito de Ciutat Vella, se podría considerar uno de los puntos clave de la ciudad y una visita obligada tanto para los turistas como para los propios barceloneses.
Dando un simple paseo por sus concurridas calles, uno ya se da cuenta de que no se encuentra en un lugar cualquiera, sino todo lo contrario. A cada paso que das, algo nuevo te sorprende. En esto influye la gran cantidad de contrastes que se dan en la zona, al poder encontrar en cada una de sus vías cosas completamente diferentes. En este reportaje, profundizaremos en aquellos que nos han llamado más la atención.
En primer lugar, destacaríamos el gran número de culturas que podemos encontrar en la zona, dándose en ésta una importante multiculturalidad difícil de encontrar en otras partes de la ciudad. De los 48.962 habitantes con los que cuenta, vemos como, aproximadamente, la mitad son inmigrantes. Entre los países que cuentan con más representantes encontramos a Pakistán, Filipinas, Bangladesh, Marruecos y la India. Esta inmigración en busca de nuevas oportunidades y que cuenta con carencias, ha provocado en algunas ocasiones la creación de guetos, ya que, normalmente, se suelen unir dependiendo de su nacionalidad. Otro hecho a destacar, relacionado con la llegada de nuevos habitantes al barrio, sería la elevada tasa de desocupación que encontramos (30%). Por otra parte, a pesar de las grandes diferencias que se pueden dar entre las diferentes culturas, ya sea por su religión, costumbres, hábitos idiomas, etc., vemos como todos ellos son capaces de convivir con total normalidad y sin altercados destacables. Por ejemplo, podemos ver mezquitas e iglesias católicas o diferentes banderas de países diferentes en los balcones. Es cierto que quizás este hecho no debería ser muy tenido en cuenta, pero es algo que quizás la gente podría pensar que no sería posible teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado.
En segundo lugar, podemos ver como también se da un gran contraste entre sus calles y los diferentes edificios que podemos apreciar en ellas. Encontramos desde las casas más envejecidas, hasta uno de los hoteles más carismáticos de la ciudad. Tal y como hemos dicho, el estado de las viviendas deja mucho que desear en muchas ocasiones, tanto en su fachada como en su interior. Algunas de ellas tienen problemas tan básicos como pueden ser el mal estado de las conducciones de agua, humedades, instalaciones eléctricas viejas y peligrosas o la falta de agua caliente y de calefacción. Otra realidad que podemos encontrar, es la existencia de, aproximadamente, 1250 pisos realquilados, en los que suelen convivir personas carentes de papeles. Finalmente, también observamos como en la zona se da una gran concentración de personas sin hogar. Todo esto, hace que el barrio, en ocasiones, ofrezca una imagen de pobreza y de decadencia. Para intentar paliar esta situación, un buen número de entidades públicas y privadas invierten recursos y energías tanto en la renovación urbanística del barrio como en la humana. Un ejemplo de ello sería la creación, hace ya unos cuantos años, de la pista de baloncesto que podemos encontrar justo al lado de la Biblioteca de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales de Blanquerna. Ésta, situada en el lugar que ocupaba antes un descampado, surgió con la intención de mejorar el aspecto del barrio y de potenciar una actividad diferente a la que se realizaba ahí con anterioridad, con la finalidad de lograr también un mejor ambiente.
Por otra parte, al contrario de lo que se podría pensar teniendo en cuenta ciertas características de la zona, el Raval es un lugar en el que también tiene una gran importancia la cultura. De hecho, es uno de los sitios en los que más se potencia, especialmente desde el proyecto “Raval Cultural”. A lo largo de sus diferentes calles, podemos encontrar asociaciones, instituciones, museos, universidades o equipamientos culturales, entre otros, de gran renombre. No obstante, es cierto que de entre ellos, hay algunos que destacan más que otros. Éste es el caso tanto del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) como del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Ambos se encuentran entre aquellos lugares a los que una persona que visita la ciudad debe acudir. En el caso del primero, además de por sus exposiciones, es conocido también mundialmente por la gran cantidad de jóvenes skaters que se reúnen cada día para practicar aquello que más les gusta. Esto también influye a la hora de que el barrio esté tan concurrido a lo largo del día.
Por otra parte, encontramos también una serie de instituciones académicas como pueden ser la Facultad de Comunicación Blanquerna y la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, que dotan al barrio de un gran ambiente estudiantil y juvenil. En este apartado, también se encuentra el Instituto de Estudios Catalanes, cuyo objetivo es la investigación científica dentro de la cultura catalana. Finalmente, destacaríamos la Biblioteca Nacional de Catalunya, la Filmoteca de Catalunya y el Teatre del Raval.
En cuarto y último lugar, nos centraremos en la gran variedad de comercios de todas las nacionalidades que podemos encontrar. El Raval es un lugar en el que, muy posiblemente, encontrarás aquello que busques, por muy extraño que pueda ser. Las tiendas predominantes son los pequeños comercios, desde las carnicerías de origen islámico, hasta los supermercados regentados por pakistaníes, pasando por los bazares chinos. Como se puede comprobar, el abanico de países es realmente amplio. Lo mismo ocurre con los locales dedicados a la restauración, entre los que encontramos también muchas posibilidades a la hora de elegir. Pero, como era de esperar, no todos los comercios y locales son de este tipo. También existen tiendas regentadas por gente de la ciudad, especialmente en aquellos casos en que se trata de un negocio familiar que ha ido pasando de generación en generación. A parte de éstas, vemos además negocios que, seguramente, no se encontrarían en otra parte de la ciudad, como puede ser el caso de algunos de los situados a lo largo de la calle Tallers, una de las más emblemáticas y conocidas de la zona. Por otra parte, no deberíamos olvidarnos de que muchos negocios se han visto muy afectados por la situación económica en la que se encuentra el país, viéndose obligado en algunas ocasiones a cerrar el negocio o a buscar otro local que les permita seguir ejerciendo su profesión.
Finalmente, no queríamos acabar este reportaje sin animaros a visitar este gran barrio en el que podréis encontrar todo aquello que busquéis y que seguramente os sorprenderá. Para ello, debéis dejar de lado todos vuestros prejuicios e ir con la voluntad de descubrir cosas nuevas.
Nicolás Arlanzón
La Rambla del Raval 